El juego comienza siendo una acción espontánea por parte del niño que tiende a jugar naturalmente. El juego permite:
- el desarrollo de la personalidad
- construir el conocimiento (desarrollo cognitivo intelectual)
- la maduración social y emocional
- crear un lugar de protección
- resolver situaciones a nivel simbólico
- el placer, creatividad, desarrolla la imaginación
- dominio de si mismo y del mundo.
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